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"Gracias por el castigo, diosa Moka" decía el bebé amamantándose de mi pecho, un joven de casi 30 años que recién descubría los placeres del dolor, mientras las caricias en su espaldita lo relajaban hasta casi dormirle. Lo desamarré para que se estirara e impresionado tocó su espalda, o lo que pudo alcanzar de esta. La vela que me había traído era de buena calidad y tenía punto de derretimiento mas bajo, por lo que pudo experimentar el dolor del calor sin quemarse. Se sentó en la cama, y procedí a sacar otro de los pedidos que me hizo.
El plato plástico de perrito que compré era rosado, con huesitos, lo llené con agua mineral y vodka, y lo coloqué cerca del caño. Me monté sobre las piernas del chico, le dí un beso profundo y le puse unas esposas peluditas. Tenía un corto rango de movimiento entre sus manos, para poder gatear sin problemas. Me paré, lo tomé del cuello, apretando suave su garganta, y lo miré fría a los ojos.
"¿Empezamos la segunda parte, mascotita?"
Un chasquido de dedos bastó para que entendiera la instrucción, e inmediatamente se puso en cuatro patas. Acerqué mi bota a su cara y empezó a lamer como una obediente perrita. A veces ponía sus manos en el suelo y decía "¿Por favor?" con un tono quejumbroso, y pisaba sus palmas a mi disposición. Caminé lentamente hacia el caño donde estaba el plato con agua, y con una cadena, lo amarré al caño y le puse el plato de agua cerca de su boca. Tomó cual animalito, estaba dando libertad a sus fantasías pet, y cuando ya había terminado la mitad del combinado que le había servido, venía la humillación ♥
Mientras seguía lamiendo el plato, saqué mi miembro erecto y me puse en cuclillas, abierta de piernas, mostrandole mi verga mucho mas grande que la suya. Dejó de lamer el plato y se acercó a mi, pero la cadena no le dejó acercarse mas. Su lengua estaba a un par de centímetros de mi glande, pero solo podía apreciar su olor y forma. Apunté mi pene hacia el plato y comencé a orinar dentro de el, hasta que volví a llenarlo.
"Si quieres probarme, tienes que tomarte todo tu platito. Ni una gota sin lamer, ¿ok?"
Asintió con la cabeza e hizo algo que no esperaba: hundió completamente su boca y tragó gran cantidad del plato. En menos de un minuto bebió todo, y feliz limpió el fondo del platito con la lengua. Había cumplido su parte y ahora tenía que cumplir la mía; acerqué mi cuerpo a su rango y puse mi pene al aire. Sit; se quedó quiero sentadito, esperando. Ahora come; y feliz se tragó la verga como un cánido. El tiempo se estaba acabando así que recompensé a mi sumiso bien portado con el mismo dulce.
Lo paseé un poco dentro de la habitación a cuatro patitas, hasta llegar a la cama. Levantó la colita y mientras ponía lubricante en su trasero y un condón sobre mi, el movía sus manos torpemente para sacar mis botas y chupar mis pies. Me apoyé en su cola y apunté mi pene brillante de lubricante en su ano, dilatado solo con la idea de tenerme adentro. Última tortura: entré lo mas lento que pude y me detuve en menos de la mitad. El sumiso intentaba tragarme con su culo pero lo detenía con mis manos eran resistentes. Le exigí rogarme, humillarse pidiendo verga. Y lo hizo. Qué cosas no dijo para convencerme que hundiera mas mi carne. Mientras mas rogaba, mas cedía, y cuando ya estuve adentro totalmente, empecé a cambiar ruegos por velocidad. Cuando ya no podía hablar porque mi pene le tenía el cerebro frito, lo tomé del pelo y lo insulté en la oreja, susurrando insultos y denigraciones que solo hacían que me masajeara mas con su ano. Antes de correrme, saqué mi pene y terminé bañandolo en mi crema, bendiciendolo por dentro y por fuera. Esparcí mi semilla en su culo y feliz terminó de limpiarme la verga. Sonó el citófono para avisarnos que nos quedaban 15 minutos, así que no había tiempo para mas cuidados y cariños.
"¿Quiéres pasar a la ducha? Yo puedo esperar a que-"
"Tranquila, bañate tu nomas. Tengo que irme a juntar con mi novia, y me da mucho morbo ir así. Saldré antes, gracias."
Su cara de satisfacción fue una buena calificación, y partió a juntarse con ella. La última imágen que tuve de su espalda desnuda fueron marcas de cera derretida, marcas de tacos de bota y mi semen seco. Yo entré a la ducha a limpiarme un poco antes de salir. Cuando llegué a mi casa, me di cuenta que el platito de mascota se había quedado en el motel. Ojalá les haya servido para algo, hehe ♥