lunes, 20 de enero de 2020

Expediente 2 pt.2


-o-

"Gracias por el castigo, diosa Moka" decía el bebé amamantándose de mi pecho, un joven de casi 30 años que recién descubría los placeres del dolor, mientras las caricias en su espaldita lo relajaban hasta casi dormirle. Lo desamarré para que se estirara e impresionado tocó su espalda, o lo que pudo alcanzar de esta. La vela que me había traído era de buena calidad y tenía punto de derretimiento mas bajo, por lo que pudo experimentar el dolor del calor sin quemarse. Se sentó en la cama, y procedí a sacar otro de los pedidos que me hizo.

El plato plástico de perrito que compré era rosado, con huesitos, lo llené con agua mineral y vodka, y lo coloqué cerca del caño. Me monté sobre las piernas del chico, le dí un beso profundo y le puse unas esposas peluditas. Tenía un corto rango de movimiento entre sus manos, para poder gatear sin problemas. Me paré, lo tomé del cuello, apretando suave su garganta, y lo miré fría a los ojos.

"¿Empezamos la segunda parte, mascotita?"

Un chasquido de dedos bastó para que entendiera la instrucción, e inmediatamente se puso en cuatro patas. Acerqué mi bota a su cara y empezó a lamer como una obediente perrita. A veces ponía sus manos en el suelo y decía "¿Por favor?" con un tono quejumbroso, y pisaba sus palmas a mi disposición. Caminé lentamente hacia el caño donde estaba el plato con agua, y con una cadena, lo amarré al caño y le puse el plato de agua cerca de su boca. Tomó cual animalito, estaba dando libertad a sus fantasías pet, y cuando ya había terminado la mitad del combinado que le había servido, venía la humillación ♥

Mientras seguía lamiendo el plato, saqué mi miembro erecto y me puse en cuclillas, abierta de piernas, mostrandole mi verga mucho mas grande que la suya. Dejó de lamer el plato y se acercó a mi, pero la cadena no le dejó acercarse mas. Su lengua estaba a un par de centímetros de mi glande, pero solo podía apreciar su olor y forma. Apunté mi pene hacia el plato y comencé a orinar dentro de el, hasta que volví a llenarlo. 

"Si quieres probarme, tienes que tomarte todo tu platito. Ni una gota sin lamer, ¿ok?"

Asintió con la cabeza e hizo algo que no esperaba: hundió completamente su boca y tragó gran cantidad del plato. En menos de un minuto bebió todo, y feliz limpió el fondo del platito con la lengua. Había cumplido su parte y ahora tenía que cumplir la mía; acerqué mi cuerpo a su rango y puse mi pene al aire. Sit; se quedó quiero sentadito, esperando. Ahora come; y feliz se tragó la verga como un cánido. El tiempo se estaba acabando así que recompensé a mi sumiso bien portado con el mismo dulce.

Lo paseé un poco dentro de la habitación a cuatro patitas, hasta llegar a la cama. Levantó la colita y mientras ponía lubricante en su trasero y un condón sobre mi, el movía sus manos torpemente para sacar mis botas y chupar mis pies. Me apoyé en su cola y apunté mi pene brillante de lubricante en su ano, dilatado solo con la idea de tenerme adentro. Última tortura: entré lo mas lento que pude y me detuve en menos de la mitad. El sumiso intentaba tragarme con su culo pero lo detenía con mis manos eran resistentes. Le exigí rogarme, humillarse pidiendo verga. Y lo hizo. Qué cosas no dijo para convencerme que hundiera mas mi carne. Mientras mas rogaba, mas cedía, y cuando ya estuve adentro totalmente, empecé a cambiar ruegos por velocidad. Cuando ya no podía hablar porque mi pene le tenía el cerebro frito, lo tomé del pelo y lo insulté en la oreja, susurrando insultos y denigraciones que solo hacían que me masajeara mas con su ano. Antes de correrme, saqué mi pene y terminé bañandolo en mi crema, bendiciendolo por dentro y por fuera. Esparcí mi semilla en su culo y feliz terminó de limpiarme la verga. Sonó el citófono para avisarnos que nos quedaban 15 minutos, así que no había tiempo para mas cuidados y cariños. 

"¿Quiéres pasar a la ducha? Yo puedo esperar a que-"

"Tranquila, bañate tu nomas. Tengo que irme a juntar con mi novia, y me da mucho morbo ir así. Saldré antes, gracias." 


Su cara de satisfacción fue una buena calificación, y partió a juntarse con ella. La última imágen que tuve de su espalda desnuda fueron marcas de cera derretida, marcas de tacos de bota y mi semen seco. Yo entré a la ducha a limpiarme un poco antes de salir. Cuando llegué a mi casa, me di cuenta que el platito de mascota se había quedado en el motel. Ojalá les haya servido para algo, hehe ♥

jueves, 16 de enero de 2020

Expediente 3 pt.2



Parte 1 en https://memoriasdeunachocogeisha.blogspot.com/2020/01/expediente-3-pt1.html

Quería saber si era lesbiana. Quería saber si era posible encontrar un cuerpo femenino que le diera la misma satisfacción sexual que un hombre le podía dar, pero tenía miedo de encontrarse con gente que no entendiera su cuerpo. La represión constante social y un matrimonio poco satisfactorio la dejaron con la idea incorrecta en su mente. Siempre le atrajeron las mujeres, aunque ella pensaba que era admiración en su belleza, en su juventud, en sus rostros,en sus labios... labios carnosos y dibujados con tinte rojos, como los que se estaba comiendo apasionadamente, mientras tomaba mi cintura y me exploraba, un poco con miedo, un poco expectante, mientras cada caricia se acercaba mas a mi dulce.

Se detuvo a medio camino y se levantó a la mesita donde los tragos habían sido puestos. "Es raro, te siento como una mujer, pero bajo tu pantaleta yo se que está... eso...". Al seco se tomó su shot de tequila y como gata, se acercó mirándome a los ojos y lentamente acercó su mano a mi entrepierna. No podía desatarme todavía, su cara de curiosidad y ternura me tenía loca, y la erección tirante ya asomaba por sobre mi colaless. Y como a una gatita, le dí cariño detrás de su cabeza, a lo que sonrió, y volvimos a perdernos en un beso apasionado. Besé su cuello, mordí su oreja y parándome frente a ella, puse mi entrepierna a su altura. Cerró los ojos y tocando suave, tocó mi miembro encima del encaje.

-Eres preciosa, me siento tan... confundida...
-Para eso me invocaste linda, para recibir tus respuestas, y acá las buscaremos


Saqué mi miembro que ya necesitaba respirar, e imponente lo puse frente a ella. Sus labios tocaron la punta de mi pene duro y depilado, y de a poco fue luchando por tragarse mi verga. Me tomó de la cintura para hundirse cada vez mas, y miraba hacia arriba para cruzar sus ojos con los míos, y mi sonrisa solamente conseguía excitarla mas. Cuando ya dominó el tamaño y grosor, empezó a tocarse por sobre su calzón. Me había contado que disfrutaba el oral, aunque odiaba los pelos cuando lo hacía, así que la satisfacción de un pene femenino fue una sorpresa grata para ella.

La separé de mi entrepierna para darle un rico y profundo lengüeteo, y con mi cuerpo la fui inclinando hacia atrás. Una vez acostada, levanté sus piernas y fue mi turno de usar mi boca para darle placer. Su vulva era una cremería espesa, con grumos blancos de fluídos dispersos en sus vellos. El olor me embriagó; el suave perfume del jabón de rosas que nos dieron en el motel se mezclaba con su dulzor maduro y ácido corporal. Mi lengua se encargó de cada uno de esos grumos, y su clítoris fue mi instrumento musical, donde las notas las daban sus gemidos y suspiros. Me hundió en su entrepierna, entre espasmos y sollozos, puse mi lengua rígida y dejé que ella siguiera frotandose a discreción. Cuando el chorro tibio salpicó mi lengua y sus piernas se relajaron, bajé hasta su ano para seguir con mi labor oral. Su ano estaba lavado y se puso una loción dulce, la cual le comí a gusto. No dejaba de hundirme, y abría sus nalgas para dejarme entrar mas. Un segundo chorro cálido salpicó mi cara, se estaba masturbando mientras le daba un beso negro, y cuando terminamos, volvimos a besarnos y tocarnos encima de la cama. Ya no dábamos mas y habían transcurrido poco mas de 2 horas en el motel entre conversaciones, juegos y besos.

Se puso en posición de recibir, levantando la colita y abriendo su trasero con las manos, y me dijo una frase que me escalofrió:

-Estoy lista para el pene de mujer, Moka. Hazme tu lesbiana.

Sentí como mi pene palpitaba pidiendo por entrar en esa vagina madura, ya convencida que era lo que buscaba. Me puse un condón y la monté: pensé en hacerlo lento, pero sus labios mayores estaban resbalosos por el oral, saliva y fluidos vaginales, y entré a una calidez dilatada que me dejaba brutalizarla a mi voluntad. Dos mujeres gimiendo en la pieza de un motel en medio de Santiago, teníamos la ventana abierta y daba hacia la calle, nada importó, estábamos excitadas y deseosas, y nadie la juzgaría por tener su primera experiencia con una mujer trans. La experiencia de esas caderas rellenitas se notaba, sus movimientos y gritos honestos me prendían, no la pensaba soltar hasta sentir ese fluido entintar mis caderas una vez mas. Para evitar correrme, me detuve y la recosté sobre la cama, levanté sus piernas y mientras chupaba sus bien cuidados y suaves pies, seguí dandole hasta que una salpicadura explotó junto con su voz.

-¡Quiero en el poto! ¡Por favor mi diosa Moka!

Levantó un poquito mas sus nalgas, y en un movimiento, sacó mi pene y lo metió en su culo. Lubricante innecesario, ya estaba empapada y pre-humectada entre mi saliva, sus fluidos y la loción. Ya no pude contenerme mas, y la visión de su vientre con esas lonjitas de madre y pechos generosos por amamantar 3 hijos en su vida era una visión maravillosa. Nos corrimos al mismo tiempo: ella masturbándose y yo dándole por su trasero. Nos paralizamos unos segundos y me dejé caer sobre ella, para comerle la boca por ultima vez, y dejar que ella recorriera mi corporalidad vaporosa para que pudiera recordarla.

Nos volvimos a bañar por separado; ella me pidió que fuese yo primera al baño ya que hace rato que no se agitaba tanto, y la dejé descansar mientras veía su carita media dormida después de esa cantidad de orgasmos que pudo reclamar, como me contaba que no había sentido en años. Me terminé de tomar el vodka y comer las papas fritas de cortesía mientras ella se bañana y vestía. Nos maquillamos juntas sentadas en la mesita de recepción, como dos amigas. Avisamos que nos retirábamos por el citófono, y antes de salir, me regaló una propina adicional y me dijo "voy a bloquearte del chat, gracias por ayudar a conocerme mas, pero nadie puede enterarse de esto". Un sabor agridulce quedó en mi boca, y ella lo notó, porque antes de salir de la habitación, me dió un beso apasionado en los labios y uno suave en la frente. "Ellos no lo van a entender, y espero un día no avergonzarme de esto, lo siento. Tu eres perfecta, pero la sociedad no..."

Al salir del motel, caminamos inmediatamente en sentidos opuestos. Todavía tenía su perfume en mi cuello. Me pregunto si habré dejado el mío impregnado en ella...

miércoles, 8 de enero de 2020

Expediente 3 pt.1

Tenía un aire sofisticado el café. Mi paladar de niña se entretenía con los trozos de hielo del granizado de moka, mientras ella soplaba su té chai y me contaba sobre sus hijos. Mi ojo decía 32, aunque su honestidad me dijo 45. Casi me duplicaba en edad, pero mientras mas conversabamos, mas cercana a mi la veía.

A pesar que no tardamos mucho en generar confianza, nos quedamos conversando por un par de horas, ella sintió que era mejor así, y su voz un poco ronca con mi risa suave entonaban un presagio de que en el motel, la sinfonía sería perfecta.
"Al final parece que si soy bisexual, no hay forma que no me sienta lesbiana contigo" soltó la dama, un poco sonrojada por la conversación subida de tono entre susurros en medio del café.

Me contactó nerviosa, después de ver mi perfil en Tinder. Un superlike me llamó a revisar, y el perfil de una mujer madura me saludó. Estatura media, un poco tostada con una mirada perdida en sus fotos.

"Honestamente no se que es lo que busco aquí. Tal vez seas tu?"

 
Intrigante. ¿Se habrá equivocado? Le hablé curiosa, y durante el mismo día nos juntamos en una plaza en común en Providencia. Unos lentes anchos escondían su cara y en el café, me contó de todo. Me dió superlike porque vió que decía que era Trabajadora Sexual, y directa al grano, quiso agendar mi tiempo; necesitaba encontrar esa respuesta, y pensaba buscarla conmigo. Hablamos desde el clima hasta intimidades nupciales, cada cuanto jugábamos con nuestras piernas, cada cuanto intercambiábamos una mirada cómplice, y en un momento cuando habían pasado 2 horas del encuentro de 3, me preguntó

"¿Tienes algo que hacer mas tarde? Porque me tinca que vamos a necesitar mas que tres horas... ¡La cuenta porfa!"

El motel quedaba cerca de un parque, en una discreta entrada a una casona. No hablamos mucho en el camino, ya habían pasado varias horas de conversa y por mas que su cara estaba tapada entre lentes y maquillaje, podía identificar ese rubor de adrenalina y excitación.
 

Eligió una habitación adornada con terciopelo, sencilla pero elegante, los tragos fueron vodka y tequila, me pidió que por favor necesitaba bañarse sola, así que pasé yo primera a lavarme y mientras ella se duchaba, me preparé con lencería y maquillaje, como hubiese esperado a cualquier cliente. Portaligas negro y encajes por todo mi cuerpo, apretandome mis zonas mas rellenitas y dejando disponibles todos mis puntos erógenos para su satisfacción, y ella se encontró conmigo en la cama usando un babydoll rojo y el pelo tomado. Las palabras sobraban a ese punto, ya me había contado todo lo que necesitaba saber...

El Perfume

Dos días sin bañarme, esa era su exigencia. Dos días donde tuve que cuidar mi dieta, mi ejercicio y mi hormonación. Dos días donde no tuve...